Comiendo el coco…

Aunque me proponga tomarme un respiro…

Está claro que en estas fechas tan pre-navideñas (menos para El Corte Inglés y algunas ciudades donde las luces -y las compras- se ve que ya han llegado) no va a ser posible.

Como ya le veo las orejas al lobo…

Nota: que, como todo el mundo sabe, es además de un refrán un turrón

qué apropiado…

… sigo a tope… como el lute, camina o revienta…

A pasa boca…

Puef nadaf… aquí efscribiendo… como puefdo… 

Bueno, más vale que me deje de tonterías…

que en las manos no me pasa nada,

ni en la cabeza

Nota: bueno, en la cabeza sí, pero es un tema totalmente diferente 🙂 

Sin embargo, algo sí que me pasa…

FINALMENTE me han sacado la muela… Toda todita…

Y sigo vivo…

Finalmente, un respiro…

Se acabaron las clases (por el momento) y las prácticas (para siempre)…

Se acabó el estrés de tener que estudiar como un loco mientras se preparan prácticas que poco muy poco tienen que ver con lo que he estudiado…

o, mejor dicho, a lo que me dedico…

Nota: Algún día explicaré lo que he aprendido trabajando con peces…

Sin embargo, es la calma antes del temporal…

El amor es ciego…

Ya que mi anterior post sobre las bases científicas de los cambios cerebrales en la adolescencia tuvo una aceptación considerable…

he decidido lanzarme a la piscina y aprovechar los trabajos hechos en humanos en otro tema bastante importante…

El amor…

Oh… l’amour l’amour…

Y concretamente…

sobre lo CIEGO que es el amor…

Al límite

Bueno, en primer lugar, una disculpa pública…

Es verdad… mucho tiempo sin escribir, vamos, desde el 30 de octubre!

Increíble..

Nota: Como diría el filósofo Bisbal… Quién me iba a disir….

Pero bueno, que no me flagele nadie todavía!

Que tengo excusa…

Bueno, más que excusa, justificación…